miércoles, 29 de febrero de 2012


Distintos experimentos han demostrado que la biodiversidad vegetal promueve distintas funciones ecológicas, como el almacenamiento de carbono, la productividad primaria y la acumulación de nutrientes. Sin embargo, hasta ahora no se había analizado de forma global la relación entre biodiversidad y multifuncionalidad en comunidades naturales. Un estudio reciente ha evaluado esa relación en 224 ecosistemas de zonas áridas de todo el mundo.

Las zonas áridas representan el 41% de la superficie terrestre y albergan más del 38% de la población humana. Esos ecosistemas, que aglutinan enclaves de elevada diversidad vegetal y con un gran número de aves endémicas, son muy vulnerables al cambio climático y a la desertificación.

La investigación ha demostrado que el incremento en la riqueza de especies de plantas en esas comunidades mejora los servicios que las mismas proporcionan. En particular, ayuda a mantener las funciones relacionadas con el ciclo del carbono y el nitrógeno; contribuye al secuestro de carbono atmosférico y aumentan la fertilidad y conservación del suelo. El estudio concluye que el mantenimiento de la biodiversidad vegetal es fundamental para contrarrestar los efectos negativos del cambio climático y la desertificación en las zonas áridas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario