Científicos del Instituto de Biofísica Celular de la Academia Rusa de
Ciencias han encontrado, en la madriguera de una ardilla ártica del
Pleistoceno, frutas y semillas congeladas en el permafrost siberiano a 38 metros de profundidad durante más de 30.000 años. Y a partir de sus tejidos han logrado hacer crecer una planta con flores.
Se llama Silene stenophylla y es la planta más antigua que ha sido regenerada hasta ahora. Y lo que es más sorprendente: es fértil y produce flores blancas y semillas viables.
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